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Bienvenido a "Cryorigin"
En este blog encontraras la forma de vivir más allá de los años, eso sí por un módico precio.
En Cryorigin investigamos como alargar las vidas de las personas o tejidos por medio de la congelación sin que el tejido en cuestión quede deformado de cualquier modo.
El grupo formado por tres expertos: Alberto Rodriguez, Laura Montllor y Aarón Muros le aconsejara como pasar a la vida eterna.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Historia de la criogenización


En 1773, Benjamin Franklin insinuó en una carta que podría ser posible conservar la vida humana en estado suspendido durante siglos. Sin embargo, la era moderna de la criónica no surgió hasta 1962 cuando el profesor de física Robert Ettinger de la Universidad de Michigan, propuso en un libro que él mismo financió, The Prospect of Inmortality, que la congelación de personas sería un modo de llegar hasta futuras tecnologías médicas. Aunque congelar a una persona parezca mortal, Ettinger alega que lo que hoy puede parecer mortal, mañana puede ser reversible. Aplica el mismo argumento al proceso mismo de morir, diciendo que los primeros estadios de la muerte clínica pueden ser reversibles en el futuro. Combinando estas dos ideas, sugirió que la congelación de personas recientemente fallecidas podría ser un modo de salvar vidas.

Un poco antes de que Ettinger terminara su libro, Evan Cooper (con el seudónimo de Nathan Duhring) financió la publicación de su libro Inmortality: Physically, Scientifically, Now que sugería la misma idea de forma independiente. Cooper fundó la Life Extension Society en 1965 para promover la congelación de personas. A Ettinger se le consideró el padre de la criónica, quizás porque su libro fue reeditado por Doubleday en 1964 con las recomendaciones de Isaac Asimov y Fred Pohl, recibiendo así más publicidad. Ettinger también se mantuvo con el movimiento durante mucho tiempo. Sin embargo, el historiador especialista en criónica R. Michael Perry ha escrito de Evan Cooper que "merece el mayor reconocimiento por crear un movimiento criónico organizado"...


La palabra actual “criónica” (cryonics en inglés) fue inventada por Karl Werner en 1965 junto con Curtis Henderson y Saul Kent cuando estos últimos fundaron la Cryonics Society de Nueva York (CSNY). A esto siguieron la fundación de la Cryonics Society de Michigan (CSM) y de la Cryonics Society de California (CSC) en 1966 y, en 1969, se fundó la Bay Area Cryonics Society (BACS) a la que se le cambió el nombre en 1985 por el de American Cryonics Society o ACS. La CSM finalmente se convirtió en la Inmortalist Society, una sociedad sin ánimo de lucro y afiliada al Cryonics Institute, que es una organización que ofrece servicios criónicos fundada por Robert Ettinger en 1976 y que ahora es la segunda a nivel mundial.

A principios de los años setenta del siglo pasado la Cryonics Society of Michigan poseía una ambulancia con los suministros y la equipamiento necesario para los pacientes criónicos que incluía un “Iron Heart” de la Westinghouse que usaba un cilindro para suministrar oxígeno e impulsar un pistón que presiona el esternón con una fuerza y frecuencia ajustable, para obligar al corazón a bombear sangre. Actualmente el Cryonics Institute emplea un modelo más avanzado creado por el Michigan Instruments. El suministro de sangre bien oxigenada no sólo reduce la velocidad de degeneración, sino que además ayuda a distribuir el anticoagulante, y hace que el proceso de enfriamiento sea más rápido si el paciente o la cabeza están sumergidos en hielo o parcialmente inmersos en un baño con frío circulante como el que el CI está usando.

Aunque hay, al menos, un intento frustrado anterior, generalmente se acepta que la primera persona congelada con intenciones de una próxima resucitación fue el Dr. James Bedford, un profesor de psicología de 73 años que fue congelado de forma rudimentaria por el CSC el 12 de enero de 1967. Este caso se convirtió en portada de una edición limitada del "Life Magazine" antes de que las imprentas se pararan para informar de la muerte de tres astronautas en el incendio del Apollo I.

La criónica sufrió un gran revés en 1979 cuando en un cementerio de Chatsworth (California) se descubrieron nueve cuerpos almacenados por la CSC, descongelados por la reducción de fondos. Al parecer algunos de los cuerpos habían sido descongelados hacía años sin haberlo notificado. El director de la CSC fue demandado y la publicidad negativa ralentizó el crecimiento de la criónica durante años. De los diecisiete casos criónicos documentados entre 1967 y 1973, solamente James Bedford permanece criopreservado en la actualidad. Los estrictos controles de financiación y los requisitos adoptados en respuesta al escándalo de Chatsworth han dado como resultado el mantenimiento correcto de prácticamente todos los casos criónicos después de aquello.

En 1972 Fred y Linda Chamberlain fundaron la que hoy es la más importante organización proveedora de servicios criónicos con el nombre de Alcor Society for Solid State Hypothermia (ALCOR). En 1977 se le cambió el nombre por el de Alcor Life Extension Foundation. En 1982 se fusiona con el Institute for Advanced Biological Studies (IABS) fundado por Mike Darwin y Steve Bridge en Indiana. Por medio de la combinación de las habilidades técnicas y comunicativas de Darwin con las del médico científico Jerry Leaf, esta fusión se ve como la llave que permitió a Alcor atraer a una gran cantidad de entendidos, que finalmente impulsaron a Alcor hasta una posición de liderazgo en el sector.

Durante los años ochenta, Darwin y Jerry Leaf, investigador de cirugía cardiotorácica de la UCLA, trabajaron juntos en Alcor para desarrollar un modelo médico para los procedimientos criónicos. Antes de Leaf y Darwin, las disposiciones criónicas eran poco más que un depósito de cadáveres en los que, en lugar de crioprotectores químicos, se utilizaba líquido de embalsamar. Leaf y Darwin mostraron que la resucitación cardiopulmonar y la medicación aplicada inmediatamente después de la parada cardiaca seguida de cirugía torácica para acceder a los vasos sanguíneos principales, podría reducir drásticamente los daños isquémicos (daños producidos por la falta de riego) en los pacientes criónicos. Crearon procedimientos criónicos que actualmente se conocen con el nombre de “standby”, durante los cuales un equipo de estabilización permanece junto a la cama del paciente criónico para iniciar el sistema de respiración artificial tan pronto como sea posible tras la parada cardiaca.

En los años ochenta los crionicistas recibieron un nuevo impulso cuando el ingeniero del MIT Eric Drexler comenzó a publicar libros y documentos previendo el nuevo campo de la nanotecnología molecular. En su libro Engines of Creation, publlicado en 1986, se incluía un capítulo entero dedicado a las aplicaciones criónicas. Los crionicistas vieron al incipiente campo de la nanotecnología como confirmación de su punto de vista, mantenido durante tanto tiempo, de que la reparación molecular de los tejidos dañados era teóricamente posible.

La nanotecnología ha sido también causa de controversia dentro del campo de la criónica, con parte de los crionicistas argumentando que no son necesarios los métodos sofisticados de preservación porque la "nanotecnología es necesaria y suficiente" para que la criónica funcione. Los críticos apuntaron que creer que la nanotecnología es necesaria y suficiente sin tener en cuenta la calidad de la preservación es más religión que ciencia. La llegada simultánea del modelo criónico de Leaf y Darwin, y del paradigma de la reparación nanotecnológica, creó un cisma en dos escuelas de pensamiento que aún existen en la actualidad. Una de las escuelas tiende a la creencia de que los procedimientos simples y baratos administrados por expertos funerarios son suficientes, mientras que la otra aboga por la viabilidad del mantenimiento y monitorización con los métodos médicos actuales tanto como se pueda, teniendo la reversibilidad de la animación suspendida como objetivo final.

A finales de los años ochenta una maraña de circunstancias favorables, incluyendo el progreso técnico, el apoyo a la nanotecnología y las eficaces comunicaciones, condujeron a un periodo de rápido crecimiento, especialmente para Alcor. Los miembros de Alcor se multiplicaron por diez en una década, con un ritmo de crecimiento del 30% anual entre 1988 y 1992.

La agitación política de 1993 le creó problemas a Alcor cuando un grupo de activistas abandonaron la institución para fundar la CryoCare Foundation, y las compañías afiliadas con fines lucrativos como CryoSpan, Inc (dirigida por Paul Wafker) y BioPreservation, Inc. (encabezada por Mike Darwin). Darwin y sus colaboradores llevaron a cabo muchos adelantos técnicos durante este período, incluyendo un estudio que hizo época documentando la alta calidad de la preservación cerebral congelando con altas concentraciones de glicerol. CryoCare cesó sus operaciones en 1999 cuando fueron incapaces de renovar su contrato de servicios con BrioPreservation. Los dos pacientes de CryoCare que estaban almacenados en CryoSpan fueron trasladados a Alcor, y varios pacientes de la ACS que se encontraban en las instalaciones de CryoSpan fueron transferidos al CI.

Ha habido numerosas compañías, a menudo fugaces, con ánimo de lucro relacionadas con la criónica. Las compañías comerciales solían estar emparejadas o afiliadas a grupos sin ánimo de lucro a los que servían. Algunas de estas compañías fueron la Cryonic Interment, Inc (CSC), Cryo-Span Corporation (CSNY), Cryo-Care Equipment Corporation (CSC y CSNY), Manrise Corporation (Alcor), CryoVita, Inc (Alcor), BioTransport, Inc (Alcor), Trans Time, Inc. (BACS), Soma, Inc (IABS), CryoSpan, Inc (CryoCare y la ACS), BioPreservation, Inc (CryoCare y la ACS), Kryos, Inc (ACS), Suspended Animation, Inc. (CI, ACS y ALCOR). Tan sólo siguen existiendo Trans Time y Suspended Animation. Al parecer ninguna de las compañías ha sido rentable. El campo de la criónica parece haberse consolidado firmemente en torno a tres grupos no lucrativos: Alcor, Cryonics Institute (CI) y la American Cryonics Society (ACS), cuyos ingresos provienen de legados y donaciones.

Una investigación de los años noventa que revelaba con gran detalle los efectos dañinos de la congelación indujo a usar mayores concentraciones de glicerol crioprotector para prevenir las lesiones por congelación. En 2001 Alcor comenzó a utilizar la vitrificación (una tecnología tomada de la corriente principal en la investigación de la preservación de órganos) en un intento de evitar completamente la formación de hielo durante la preservación en frío. Puesto que en ese momento la tecnología de vitrificación sólo se podía aplicar a cerebros, estos eran en ocasiones separados del cuerpo para optimizar la preservación, lo que causó gran confusión pública.

En 2005 Alcor comenzó a aplicar (o a intentarlo) el tratamiento de vitrificación a todo el cuerpo de forma simultánea y sin separar la cabeza del mismo. Ese mismo año, el Cryonics Institute comenzó a utilizar un nuevo procedimiento por el cual la cabeza era vitrificada mientras aún estaba unida al cuerpo, que era congelado sin crioprotectores. Un año después, el Cryonics Institute comenzó a perfundir el cuerpo con glicol de etileno.

Cuando en 2002 Alcor criopreservó a la estrella de béisbol Ted Williams, comenzó una disputa familiar sobre el método por el cual quería ser criopreservado el deportista. Tras la publicación de un artículo en Sport Illustrated en junio de 2003 que denunciaba que Alcor había tratado de manera incorrecta a Ted Williams, Alcor tuvo que luchar por su existencia bajo las leyes de Arizona. Como mínimo, Alcor podía haber desmentido el uso de la Uniform Anatomical Gift Act, lo que podría haber perjudicado su capacidad para conseguir el acceso rápido a los pacientes criónicos. A pesar de no ser responsables de Ted Williams, el bombardeo mediático dio como resultado una orden del Estado de Michigan sobre el Cryonics Institute de “cese y abstención” con una duración de seis meses. Al final el gobierno de Michigan decidió regular al CI como a un cementerio.

Actualmente Alcor mantiene en torno a 70 pacientes criónicos en Scottsdale, Arizona; el Cryonics Institute mantenía, a fecha de 22 de mayo de 2006, a 74 pacientes humanos y alrededor de 40 mascotas (perros, gatos y pájaros) en Clinton Township, Michigan. No hay proveedores de servicios criónicos fuera de Estados Unidos, aunque existen grupos de apoyo en Europa, Canadá, Australia y Reino Unido

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