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Bienvenido a "Cryorigin"
En este blog encontraras la forma de vivir más allá de los años, eso sí por un módico precio.
En Cryorigin investigamos como alargar las vidas de las personas o tejidos por medio de la congelación sin que el tejido en cuestión quede deformado de cualquier modo.
El grupo formado por tres expertos: Alberto Rodriguez, Laura Montllor y Aarón Muros le aconsejara como pasar a la vida eterna.

jueves, 24 de noviembre de 2011


La criogenización tiene sus adeptos en Rusia. La empresa KrioRus, emplazada en la provincia de Moscú, ofrece mantener congelado los cuerpos de sus clientes. Más aún, puede conservar el cerebro del difunto hasta aquel momento cuando las tecnologías futuras permitan continuar la vida implantando el cerebro en otro cuerpo.

Según explica el director de Krio Rus, Danila Medvédev, citado por AFP, el cerebro es similar al disco duro y su contenido puede ser congelado y almacenado para el futuro. “Sabemos que la personalidad se almacena en el cerebro, así que cuando el cuerpo de una persona es viejo, no hay razón para mantenerlo”, indica.

Krio Rus ya ha conservado cuatro cuerpos y ocho cabezas de personas que flotan en recipientes de metal que están llenas de nitrógeno. La idea se muestra popular y sigue atrayendo a clientes, como por ejemplo el banquero Innokenti Osadchi, quien tiene tán sólo 35 años pero piensa en asegurarse una salida de las leyes de la naturaleza, porque no quiere morir “dentro de un año, ni dentro de un millón de años”. Desde la apertura de KrioRus (2005) se han construido nueve recipientes para 30 clientes.

El director de la empresa Krio Rus sostiene que en el futuro habrá solamente poner en marcha el corazón de la persona congelada para que vuelva a la vida, y cree que el progreso en nanotecnología y medicina permitirá hacer operaciones que librará a los ‘pacientes’ de las causas iniciales de su muerte.

La muerte viene cuando el cerebro, y no el corazón, deja de funcionar. Entonces, se necesita congelar el cerebro cuanto antes para drenar la sangre y reemplazarla por un crioprotector, un líquido especial que protege a las células del daño causado por el hielo. Y todavía no se puede impedir que los miembros de la familia del difunto extraigan su cerebro y lo conserven, aunque contra la última voluntad del mismo propietario del cerebro. Según el director de CrioRus, es un buen consuelo para los parientes a los que ni siquiera la psicología puede aliviar el luto.

Las tarifas de Krio Rus son 10.000 dólares para la cabeza y 30.000 dólares para el cuerpo entero. Es varias veces más barato que en otro país donde funcionan empresas que ofrecen servicios de la criónica, los Estados Unidos. Por ejemplo, en corporación Alcor congelar el cuerpo cuesta 150.000 dólares, y para congelar la cabeza hay que pagar 80.000 dólares.

A pesar de que actualmente en el mundo existen numerosas sociedades científicas que propagan la idea de la criónica, el número de las principales empresas que practican los servicios de la congelación de cuerpo o cerebro se limita a dos en EE.UU y dos en Rusia (siendo otra CryoFreedom en la ciudad rusa de Vorónezh, en el centro de Rusia).

jueves, 17 de noviembre de 2011

Objetivos de la criogenización


¿Por qué querríamos ser criopreservados?

Confiamos en que la ciencia siga avanzando y encuentre cura para muchas de las enfermedades que hoy día son terminales. Esperamos que en un futuro no muy lejano se puedan regenerar células y tejidos que hoy día son irreparables. Independientemente de todas las implicaciones éticas y legales, si existiese la posibilidad de mantenernos en un estado en el que engañasemos al tiempo hasta que las condiciones para la cura estuviesen presentes, ¿ no lo haríamos ?

¿Reanimación después de la muerte?


La congelación y posterior "resurrección" de un animal se ha intentado con éxito en muchas especies vegetales, con el semen, óvulos humanos y hasta con embriones humanos y creo que hasta con una rana. Se desconoce si se ha podido reanimar organismos más grandes o más evolucionados.

Hasta donde se sabe, no se ha intentado nunca reanimar a un ser humano en criogenia. Sencillamente no tenemos la respuesta científica de cómo hacerlo apropiadamente. Hay demasiada destrucción celular en la reanimación, debido a la formación de cristales intracelulares que dañan severamente todos los organelos de todas las células.

La congelación con nitrógeno líquido es tan rápida que no dá tiempo a la formación de cristales, pero la reanimación es mucho más lenta y termina produciendo los cristales que se evitaron en la fase inicial.

Un gran debate se ha producido siempre por el problema del alma. Si la persona es congelada, ¿se va el alma (si es que existe como tal)? ¿Si se va, regresa cuando el cuerpo se reanima? ¿O se queda el alma atrapada dentro del cuerpo y el alma se reanima al descongelar el cuerpo?

Cuando el cuerpo está congelado, no sabemos si la conciencia se mantiene activa al 100%, pero creemos que, puesto que es función de infinidad de reacciones químicas en muchos miles de millones de neuronas, suponemos que al disminuír el metabolismo y hacerlo lento, la conciencia tendría la impresión de que el tiempo se ha detenido.

Si la conciencia es igual a digamos 100 millones de reacciones químicas por segundo, y la disminuyes a 100 reacciones por segundo con la congelación, de tal manera que sólo sea una millonésima parte de lo normal, para esa conciencia 100 millones de segundos serían un segundo...

jueves, 10 de noviembre de 2011

Riesgo de criogenizar


Si la temperatura corporal desciende bruscamente: una caída de sólo 2 °C puede entorpecer el habla y el afectado comienza a amodorrarse. Si la temperatura desciende aún más, el afectado puede perder la consciencia e incluso morir.

Se considera hipotermia leve cuando la temperatura corporal se sitúa entre 33 y 35 °C, y va acompañada de temblores, confusión mental y torpeza de movimientos. Entre 30 y 33 °C se considera hipotermia moderada y a los síntomas anteriores se suman desorientación, estado de semiinconsciencia y pérdida de memoria. Por debajo de los 20 °C se trata de una hipotermia grave, y comporta pérdida de la consciencia, dilatación de pupilas, bajada de la tensión y latidos cardíacos muy débiles y casi indetectables.


Los datos de interés a recabar del paciente, en general a través de un familiar, son:...

¿Es muy cara la criogenización?



Es una posibilidad que no está al alcance de cualquiera. También existe la posibilidad de suscribir pólizas que se pagan en cómodas mensualidades. En total hablamos de unos 120.000 euros, aunque los precios varían según los centros. El CryonicsInstitute, por ejemplo, es mucho mas barato (28.000 dolares) y según algunos es igual de bueno. Hay que tener en cuenta que parte de ese dinero lo guarda el centro de criogenización para devolvértelo al regresar y no te encuentres sin recursos…



En cualquier caso, la complejidad legal es evidente…



Desde luego. En España no existen centros de criogenización y enviar un cadáver al extranjero es complicado porque hay que embalsamarlo, lo que anula la posibilidad de criogenización. La alternativa es donarlo a la investigación médica, pero tampoco es sencillo. Por eso lo mejor es resolver el papeleo con tiempo y fijar una residencia alternativa en un lugar cercano a un centro de criogenización. Otra posibilidad es obtener licencia para abrir un cementerio en el que, además de inhumar o cremar los cuerpos, se puedan criogenizar, pero no es sencillo.

¿Recuperarlo después de la muerte?



Legalmente una persona es declarada muerta cuando ha ocurrido muerte cerebral diagnosticada por falta de actividad cerebral evidenciada mediante electroencefalograma. La muerte comienza después del paro cardiorrespiratorio, pero en ese momento muchas células del organismo mantienen todavía su actividad. De hecho preservan sus propiedades vitales , por lo que el propósito de la criopreservación es conservar suspendidas las funciones vitales para revivir a la persona con su conciencia y personalidad intactas en un futuro. En ese supuesto, se habla de pacientes criopreservados en lugar de personas muertas, debido a que no ha llegado a producirse la muerte cerebral.

Una empresa Rusa ofrece congelar el cerebro para revivirlo en el futuro

Osadchi, un banquero de 35 años, está dispuesto a pagar una pequeña fortuna a esta empresa de criogenización para que congele su cerebro tras su muerte, confiando en que las futuras tecnologías permitan transplantarlo a otro cuerpo y así hacerle vivir de nuevo.
“No tengo ganas de morir. Nunca, ni dentro de un año ni dentro de un millón de años”: Innokenti Osadchi está contento porque cree haber encontrado en la empresa rusa KrioRus el modo de escapar a la muerte haciéndose congelar, una técnica que los científicos tachan de “fraude”.
“En caso de fallecimiento, la única oportunidad ahora mismo es la crioconservación”, declara a la agencia de noticias AFP Osadchi, que dice que siempre tuvo claro que “los vampiros, el paraíso, el infierno y todas esas cosas sobrenaturales o religiosas no son reales”.
“Si mañana muero en un accidente de automóvil y de esta manera existe aunque sea una posibilidad entre un millón de que yo pueda vivir de nuevo, entonces me sentiría feliz”, dice por su lado Viktor Grebenchikov, de 52 años, uno de los fundadores de KrioRus...

jueves, 3 de noviembre de 2011

La Asociación Iberoamerciana de criopreservación exige la crionica como alternativa a la "ley de muerte digna"

Ante la noticia sobre la retirada de una sonda nasogástrica en un hospital de Huelva, los directores de la Asociación Iberoamericana de criopreservación exigen una alternativa y plantear la criónica como opción a la Ley de muerte digna, la cual había sido aplicada a petición de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía.
Según el anteproyecto de Ley aprobado por el consejo de Ministros el pasado 13 de Mayo de 2011, y puesta en vigor previamente en Andalucía y Aragón, se aprobaba una norma que pretende aclarar los derechos de los pacientes que se encuentran en una situación terminal y las obligaciones del personal sanitario que los atiende.

En este sentido, la Ley da permiso para que el paciente o sus representantes legales renuncien al tratamiento médico y a el uso de sedaciones terminales.

Para los representantes de la Asociación Iberoamericana esta Ley, siendo un importante avance en el tratamiento del sufrimiento humano, no deja de ser una forma por la cuál un ser humano deja de existir.

La ciónica y la criogenización buscan la extensión de la vida y la recuperación de la salud en los seres humanos que tienen enfermedades terminales que no tienen solución en la actualidad, de forma que ante avances médicos y tecnológicos actuales y previstos se podrán encontrar soluciones a todos los problemas de salud actuales, incluidos aquellos que están relacionados con el envejecimiento.

Proceso de criogenización


El proceso comienza al sumergir al cuerpo en un baño de hielo. La respiración y circulación de la sangre se restauran utilizando una máquina cardiovascular. Para conseguir que la presión sanguínea se mantenga y para proteger el cerebro, se introducen productos químicos. Con objeto de reducir el consumo de oxígeno se utiliza anestesia. La sangre del cuerpo se enfría con nitrógeno gaseoso en diferentes temperaturas y tiempos hasta alcanzar los -196º C. Finalmente se almacena en un tanque de Nitrógeno líquido.

Historia de la criogenización


En 1773, Benjamin Franklin insinuó en una carta que podría ser posible conservar la vida humana en estado suspendido durante siglos. Sin embargo, la era moderna de la criónica no surgió hasta 1962 cuando el profesor de física Robert Ettinger de la Universidad de Michigan, propuso en un libro que él mismo financió, The Prospect of Inmortality, que la congelación de personas sería un modo de llegar hasta futuras tecnologías médicas. Aunque congelar a una persona parezca mortal, Ettinger alega que lo que hoy puede parecer mortal, mañana puede ser reversible. Aplica el mismo argumento al proceso mismo de morir, diciendo que los primeros estadios de la muerte clínica pueden ser reversibles en el futuro. Combinando estas dos ideas, sugirió que la congelación de personas recientemente fallecidas podría ser un modo de salvar vidas.

Un poco antes de que Ettinger terminara su libro, Evan Cooper (con el seudónimo de Nathan Duhring) financió la publicación de su libro Inmortality: Physically, Scientifically, Now que sugería la misma idea de forma independiente. Cooper fundó la Life Extension Society en 1965 para promover la congelación de personas. A Ettinger se le consideró el padre de la criónica, quizás porque su libro fue reeditado por Doubleday en 1964 con las recomendaciones de Isaac Asimov y Fred Pohl, recibiendo así más publicidad. Ettinger también se mantuvo con el movimiento durante mucho tiempo. Sin embargo, el historiador especialista en criónica R. Michael Perry ha escrito de Evan Cooper que "merece el mayor reconocimiento por crear un movimiento criónico organizado"...

Reanimación despues de crionizar


Científicos y crionicistas están de acuerdo en que invertir la criopreservación humana no es posible con "ninguna tecnología a corto plazo".Aquellos que creen que la reanimación puede ser posible algún día generalmente ven como tecnologías clave la bioingeniería avanzada, la nanotecnología molecular o la nanomedicina. La reanimación requiere la reparación de los daños producidos por la falta de oxígeno, la toxicidad de los crioprotectores, la tensión térmica (fracturas) y la congelación de tejidos que no se hayan vitrificado satisfactoriamente. En muchos casos será necesaria una regeneración exhaustiva de tejidos. Las perspectivas de una hipotética reanimación prevén que las reparaciones las realizarán una cantidad inmensa de organismos o dispositivos microscópicos. Estos dispositivos restablecerían de forma saludable la estructura celular y química a nivel molecular, preferiblemente antes de la recuperación térmica. Más radicalmente, también se ha sugerido como una posible aproximación a la reanimación la transferencia mental, en caso de que la tecnología llegue algún día a desarrollar la forma de escanear los contenidos de la memoria de un cerebro preservado.

Se ha escrito con asiduidad que la reanimación criónica será un proceso “last-in-first-out” (los últimos serán los primeros, o LIFO por sus siglas en inglés). Desde este punto de vista, los métodos de preservación irán mejorando paulatinamente hasta que se demuestre que son reversibles, después de lo cual la medicina empezará a recuperar y reanimar a los pacientes criopreservados por métodos más primitivos. La reanimación de personas criopreservadas por la combinación actual de neurovitrificación y congelación...

Criopreservación, ¿una alternativa a la eutanasia?

Los responsables de la Asociación Iberoamericana de Criopreservación aseguran que su objetivo será "divulgar y difundir la criónica, posicionándola en la agenda pública como una disciplina científico-médica, presentándola como alternativa ética y racional a la eutanasia y a los servicios funerarios tradicionales, y promoviendo su implantación y desarrollo en España e Iberoamérica con una legislación práctica adicional en apoyo de lo que ya debe ser considerado un derecho ciudadano".

Por su parte, el coordinador del programa, Javier Ruiz, asegura que con esta iniciativa "se trata de salvar vidas, de superar la enfermedad y sufrimiento de muchas personas que viven, o que no quieren vivir, con una calidad de vida inaceptable".

Filosofía y ética de la criónica


La criónica considera a la muerte como un proceso que puede detenerse en los minutos, o quizás horas, posteriores a la muerte clínica. Si la muerte no es un evento que ocurre repentinamente cuando se para el corazón, esto suscita cuestiones filosóficas sobre qué es exactamente la muerte. En 2005 un debate ético que tuvo lugar en el diario médico Critical Care, decía: "… muy pocos o quizás ningún paciente que haya sido declarado muerto por los médicos actuales, está en realidad muerto bajo ningún criterio rigurosamente científico".

Thomas Donaldson, defensor de la criónica, ha argumentado que la "muerte" basada en la parada cardiaca o en el fracaso en la reanimación es una interpretación puramente social para justificar el cese de los cuidados en pacientes moribundos.

Desde este punto de vista, la muerte legal y sus consecuencias son una forma de eutanasia en la cual se abandona a las personas enfermas. El filósofo Max More propuso una diferenciación entre la muerte asociada a las circunstancias y la intencionalidad, y la muerte absolutamente irreversible.

La muerte absolutamente irreversible también recibe el nombre de muerte teórica de información. El bioético James Hughes ha escrito acerca de los derechos que corresponderán a los pacientes criónicos a la hora de la reanimación, dado que la recuperación de una persona legalmente muerta tiene precedentes en la aparición de personas desaparecidas.

Las opiniones éticas y teológicas sobre la criónica tienden a girar en torno al asunto de si se ve como entierro o como medicina. Si la criónica es un entierro deben tenerse en consideración las creencias religiosas sobre la muerte y la vida después de la muerte. La resucitación se considera imposible porque el alma se ha ido y, de acuerdo con la mayoría de las religiones, sólo Dios puede resucitar a los muertos. Un entierro caro se ve como un desperdicio de recursos. Si la criónica se ve como medicina con la muerte legal como único mecanismo autorizante, entonces la criónica es un largo coma de prognosis incierta. Es la continuación de los cuidados ofrecidos a enfermos cuando otros han abandonado, y un uso legítimo de recursos para mantener la vida humana. Los partidarios se quejan de que el rechazo teológico hacia la criónica por ser un entierro, es un argumento circular ya que denominar “entierro” a la criónica es como decir que no puede funcionar. Creen que los futuros avances técnicos darán validez a su punto de vista, según el cual los pacientes criónicos son recuperables y, por lo tanto, nunca han estado muertos.

Alcor ha publicado una rotunda defensa cristiana de la criónica, incluyendo extractos de un sermón del reverendo luterano Kay Glaesner. John Warwick Montgomery, renombrado apologista católico, ha defendido la criónica. En 1969 un sacerdote católico consagró la cápsula criónica de Ann DeBlasio, uno de los primeros pacientes criónicos. En el año 2002 un clérigo musulmán señaló en una entrevista para un medio de comunicación que la criónica podría ser compatible con el Islam si se considera medicina.